Consecuencias funcionales del Covid: más allá de lo físico

Desde que la pandemia de la famosa Covid ha irrumpido en nuestras vidas a principio de 2020, se ha hablado de muchos aspectos de esta enfermedad. Cada vez se conocen más características relevantes para su prevención, consencuencias y posible tratamiento paliativo, y el trabajo de difusión d esa información es, y ha sido, esencial a corto y medio plazo para intentar frenar la curva de contagios y decesos.

Sin embargo, si ponemos la vista en el largo plazo nos encontramos con que existen otras consecuencias funcionales, más allá de las físicas, causadas por el covid y el fenómeno que le rodea, que también tienen una gran importancia en materia de salud, calidad de vida y prevención de discapacidad.

Covid y colectivos especiales: vulnerables por partida doble

Es el caso, por ejemplo, de poblaciones como los adultos mayores, los cuales son especialmente vulnerables a contraer el virus debido a algunas características físicas. Además, a esto hay que sumarle las características psicosociales (nivel de renta, nivel de participación en la sociedad, acceso a la sanidad, brecha digital, posibilidad de confinarse en un espacio aislado, etc) que pueden ser responsables de consecuencias funcionales como deterioro cognitivo, pérdida de autonomía, mayor riesgo de defunción por causas secundarias, menor participación en la comunidad, etc.

Otra población en el punto de mira del covid son las personas con diversidad funcional, sobretodo en el caso de personas con discapacidad sensorial o intelectual, que han visto fuertemente alteradas sus rutinas o no han podido acceder durante un largo periodo de tiempo a los recursos necesarios para poder participar de manera saludable y funcional en las actividades de su día a día.

Por tanto, sacamos como conclusión que existen colectivos en la población, como los adultos mayores y determinadas personas con diversidad funcional, que no solo tienen mayor predisposición a la hora de contraer el virus debido a sus características físicas y psicosociales, sino que a consecuencia de este fenómeno (cuarentena, efectos secundarios, etc) han visto mermada sus capacidad de participación en las actividades cotidianas

¿Qué podemos hacer?

Si bien es cierto que, a corto y medio plazo la solución pasaría por la prevención del covid, cuestión que ahora mismo es complicada, a largo plazo podemos centrarnos en prevenir esta pérdida funcional mediante diferentes acciones:

  1. Reducir la brecha digital
  2. Promocionar la autonomía
  3. Habilitar espacios adecuados para la cuarentena
  4. Prevenir el deterioro cognitivo (estimulación cognitiva )
  5. En caso de que ya se haya dado estas consecuencias, valorar las necesidades funcionales de cada persona e intentar paliarlas o compensarlas

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En la prevención está la solución

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