Retos cognitivos: qué, cómo y para qué

¿Qué son los retos cognitivos?

Hemos hablado en varias ocasiones de la importancia de la estimulación cognitiva como terapia no farmacológica en cuanto a la prevención y enlentecimiento del deterioro cognitivo. En esta ocasión, vamos a hablar de unas actividades que se utilizan a menudo dentro de las sesiones de estimulación cognitiva: los retos cognitivos.

Como decimos, los retos cognitivos son una serie de actividades cuya finalidad es estimular diferentes capacidades cognitivas. Cuando realizamos las actividades de la vida diaria dentro de nuestra rutina, habitualmente las hemos automatizado y no prestamos atención. Esto es porque nuestro cerebro pone el modo “automático” para ahorrar recursos cognitivos, algo que resulta normalmente adaptativo y es clave para la supervivencia. Sin embargo, este exceso de “modo piloto” nos puede volver vagos, ya que nuestro cerebro no se tiene que esforzar demasiado para realizar las actividades habituales (actividades básicas e instrumentales de al vida diaria).

Por eso las actividades cognitivas son importantes, porque hacen que nuestro cerebro salga e su “letargo” habitual, y se tenga que esforzar y enfocar en realizar actividades que normalmente no hace, ejercitando capacidades cognitivas fundamentales en la prevención y enlentecimiento del deterioro cognitivo.

¿Qué características tienen los retos cognitivos?

Como hemos dicho, son aquellas actividades que hacen que nuestro cerebro salga de ese “modo automático” y tenga que ejercitar las habilidades cognitivas principales. Estos requisitos los cumplen, por supuesto, las actividades intelectuales, pero también podemos seguir algunas pautas para incluir pequeños retos cognitivos en las actividades básicas e instrumentales de nuestra vida diaria.

Todas aquellas actividades que se salgan de la norma de lo que realizamos habitualmente nos servirán de estimulación, por ejemplo: utilizar la mano no dominante, realizar actividades deportivas grupales, planificar metas a medio, corto y largo plazo, meditación, cambiar patrones, hábitos, rutinas…

Es decir: lo fundamental es crear un ambiente rico en estimulación en los diferentes contextos de nuestra vida, de manera que nuestro cerebro esté en constante adaptación, sin llegar al estrés.

Ejemplos

Además de estas pautas, se han diseñado diferentes actividades que reúnen las características necesarias para la estimulación cognitiva y ser consideradas como un reto cognitivo. Desde Lémbrate, Unidade de Memoria, disponemos de los recursos necesarios para la evaluación y estimulación individual, adaptada a las necesidades e intereses de cada persona.

A continuación, os dejamos una pequeña muestra de algunos de nuestros retos. Podéis citarnos en las redes con la etiqueta #RetoLémbrate para acceder a las soluciones.

¿Tenéis alguna duda? Estamos aquí para ayudaros!

En la prevención está la solución

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