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¿Qué me está pasando?

“Ya no soy la misma persona (…) siempre me gustó hacer de todo y ahora no me apetece nada, ni me acuerdo de quién soy ni de mis hijos… y no sé por qué me pasa ésto”

Fragmento de conversación con usuario durante sesión

Estas palabras son muy comunes entre las personas que presentan deterioro cognitivo. Cuando el proceso se encuentra en un momento más avanzado- y las consecuencias comienzan a ser evidentes en su día a día- las personas se plantean que lo que les ocurre es algo más que simples “despistes”. Suele ser en este momento cuando se acude a profesionales y, a pesar de que no es demasiado tarde, la evidencia muestra que un factor relevante tanto para el tratamiento no farmacológico como para el ajuste de la persona a la nueva situación es el diagnóstico temprano.

 

¿Cómo lograr un buen ajuste a la nueva situación?

Como hemos dicho, lo habitual (incidimos, no lo ideal) es que la persona reciba, de pronto, un diagnóstico de deterioro cognitivo, es decir: el proceso preventivo y el diagnóstico temprano suelen quedar relegados. En estas circunstancias, asumir lo que este proceso implica en el momento presente y futuro no es tarea fácil, ni sucede de la misma forma en todas las personas. Mientras algunas personas pueden sentirse desamparadas, desorientadas o incomprendidas, otras actuarán como si nada hubiese pasado. El espectro de reacciones es muy amplio.

A continuación, mostramos una infografía que recoge los puntos esenciales del proceso de aceptación del diagnóstico y sus implicaciones:

Fuente: Elaboración propia

Comunicación, empatía y prevención: los puntos clave

La información sobre la propia situación, el apoyo por parte del entorno familiar y la prevención son los puntos fundamentales para conseguir un correcto ajuste de la persona. 

Desde Lémbrate llevamos a cabo la labor preventiva y rehabilitadora con la propia persona, pero también guiamos y asesoramos a los familiares en las necesidades o dificultades que puedan surgir. 

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