El 5 de noviembre de 2020 se celebra el Día Mundial del Cuidador
Habitualmente se habla de cuidador, o cuidadora, pero pocas veces lo hacemos conociendo la profundidad de ese término. Nos encontramos la figura del cuidador formal, aquel que se dedica al cuidado de otras personas de manera retribuida y que se ha formado para ello, y el cuidador informal: aquella persona que, debido a distintas circunstancias vitales, presta cuidados a un ser querido o familiar.
En España, una sociedad cada vez más envejecida y con una alta esperanza de vida, el número de personas dependientes se ha incrementado notablemente en los últimos años y, por tanto, el de cuidadores informales.
¿Qué ocurre con los cuidadores informales?
Que una persona dependiente resida en su entorno habitual y con sus seres queridos el máximo tiempo posible es muy beneficioso para fomentar su autonomía, su salud y su calidad de vida. Pero es cierto que no debemos descuidar estos aspectos en los cuidadores informales.
Como hemos dicho, son personas que no poseen una formación específica, sino que se han visto en la situación vital de prestar cuidados a un ser querido, y en muchos casos no se cuenta con apoyos de ningún tipo (económicos, emocionales, profesionales que te asesoren, apoyos con los que repartir la carga, etc). Por tanto, en la mayor parte de los casos, la combinación de éstos y otros factores suele tener como consecuencia el Síndrome de sobrecarga del cuidador, el cual es un factor de riesgo para el desarrollo de enfermedades, además de aislamiento social, pobreza, etc.
¿Cómo podemos cambiar el modelo?
Ya hemos mencionado que el modelo social actual en España es un modelo de sociedad envejecida y cada vez más dependiente. Los cuidadores informales, aquellos que tienen más riesgo para todos los ámbitos de su salud (social, física, mental) suelen ser mujeres, entre 50 y 60 años.
Por tanto, vemos diferentes líneas de actuación- a corto, medio y largo plazo- para evitar la sobrecarga y empeoramiento de la salud de este sector de la población, y avanzar hacia un modelo social más justo:
- A corto plazo-> Aumentar los recursos, ayudas y sistemas de asesoría profesional para las personas cuidadoras actualmente. Concienciar de que el cuidado es una cuestión de toda la sociedad, y que se necesita una implicación de todas las partes, así como el mayor cuidado de las propias cuidadoras para evitar un círculo vicioso de cuidado y dependencia
- A medio plazo-> Incluir planes de cuidado eficaces en la salud pública, de manera que la figura del cuidador informal sea reconocida, remunerada y apoyada oficialmente.
- Prevención-> Muchos de los casos de dependencia se pueden prevenir o, al menos, retrasar, promover la autonomía y la calidad de vida de las personas, de manera que sumemos vida a los años y no años a la vida.
Desde Lémbrate Unidade de memoria, disponemos de un servicio de asesoría a la dependencia y a los cuidadores, donde valoramos cada caso de manera individual. Además, disponemos de materiales como nuestro manual “La importancia de saber cuidarnos” en donde podréis encontrar diferentes pautas para el cuidado de familiares o seres queridos.
¡Para más información, no dudéis en contactarnos!
En la prevención está la solución