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Os explicamos qué recurso se puede adaptar mejor a vuestras necesidades

A menudo, las personas no conocen la diferencia entre los distintos recursos que hay a su disposición en la comunidad y que pueden ajustarse, en mayor o menor medida, a sus necesidades. Es muy importante terminar con esta brecha de comunicación entre profesionales de la salud y población en este área, ya que acudir al lugar indicado en el momento correcto puede marcar la diferencia entre aprovechar más o menos la terapia (preventiva o rehabilitadora) que esa persona reciba.

Por ello, hoy os vamos a explicar las principales características y diferencias de los tres recursos más frecuentes en nuestra comunidad: la unidad de memoria, el centro de día y los centros residenciales. Por supuesto, existen otros muy valiosos (servicio de atención domiciliaria, grupos de apoyo mutuo, otras terapias no farmacológicas individuales,…) sin embargo, nosotras nos centraremos en estos tres por ser los habitualmente más confundidos por la población general.

¿Para quién?

Lo primero que debemos saber es qué tipo de población acude a cada centro, es decir, “si damos el perfil”. Obviamente no se trata de una categoría completamente estanca, pero sí existen ciertos límites debido a las características propias de cada recurso.

Perfil poblacional de los diferentes recursos comunitarios

Como podemos ver en la imagen, el perfil de las personas está relacionado con las tareas que se llevan a cabo en cada lugar. Los tres sitios están relacionados, de modo que la secuencia esperada sería la siguiente:

  • Etapa de prevención: Antes de que la persona tenga un diagnóstico de deterioro cognitivo (entrenamiento) o con diagnóstico de deterioro cognitivo en primeras fases
  • Etapa de mantenimiento: Deterioro más acentuado, cuando la persona necesita supervisión pero no ha perdido completamente su autonomía. Ideal para momentos de respiro familiar.
  • Etapa de dependencia: Deterioro cognitivo severo, la persona necesita atención y soporte para realizar las actividades básicas e instrumentales de la vida diaria, ha perdido la autonomía.

¿Para qué?

Ya hemos visto que dependiendo de las características de cada persona y el momento vital en que se encuentren se ajustarán en mayor o menor medida a una Unidad de Memoria, un centro de día o un centro residencial. Pero éste no es el único factor a tener en cuenta. Íntimamente ligado a ésto se encuentran los objetivos de cada centro, los cuales son generales, pero también individuales, establecidos de manera independiente en cada caso para asegurar el máximo rendimiento.

Objetivos de los diferentes recursos comunitarios

Anteriormente hemos adelantado que en cada centro se trata una población distinta, y , por tanto, con unos objetivos diferentes y con metodologías diferenciadas (las cuales trataremos más adelante).

En cuanto a las Unidades de memoria, nuestro objetivo principal es la prevención del deterioro cognitivo o, en su defecto, lograr el máximo enlentecimiento o la rehabilitación funcional de las máximas capacidades posibles una vez exista un diagnóstico. Para ello, siempre se prioriza el mantenimiento de la calidad de vida de la persona y su autonomía, haciendo hincapié en la importancia del retraso de la institucionalización para lograrlo.

Por otro lado, en los centros de día también se vela por el mantenimiento de la calidad de vida y la autonomía de la persona, pero el perfil ya es mixto: asistencial y terapéutico. Lo mismo ocurre con los centros residenciales, en los que se imparten terapias no farmacológicas pero hay un claro paradigma asistencial.

¿Cómo?

Por último, debemos explicar cómo se llevan a cabo los diferentes objetivos con la población diana en cada uno de estos recursos.

Tipos de terapias y duración en los diferentes recursos comunitarios

En la línea de lo anteriormente expuesto, vemos claramente que en las Unidades de Memoria el paradigma es preventivo. Existen diferentes modalidades a la hora de recibir las sesiones terapéuticas, ya que el método está diseñado para que se adapte completamente a las necesidades, capacidades e intereses de la persona y se mantenga el mayor tiempo posible en su entorno natural.

En cuanto a los centros de día y los centros residenciales, se basan en un paradigma asistencial. Ésto no quiere decir que no se realicen sesiones terapéuticas, sino que los objetivos ponen el foco en otros aspectos. En los centros de día además de mantener la autonomía de la persona, se prioriza el mantenimiento de las capacidades que no se han perdido, la asistencia en su entorno y el respiro familiar. En los centros residenciales, la asistencia es prácticamente completa (en la mayoría de los casos) y se prioriza la calidad de vida y la salud de la persona.

En resumen…

  • No existen unos recursos mejores que otros, existen recursos que se adaptan en mayor o menor medida a las necesidades de cada persona
  • La diferencia principal está en el paradigma de cada recurso: la prevención o la asistencia
  • En las unidades de memoria se ofrecen terapias preventivas para la población general o personas en momentos tempranos de deterioro u otros diagnósticos.

¿Tienes dudas? ¡Estaremos encantadas de resolvértelas!