En muchas ocasiones nos hemos referido a la estimulación cognitiva como conjunto de técnicas no farmacológicas empleadas en personas que presentan dificultades en funciones cognitivas superiores o que, en su defecto, quieren prevenirlas. Hablamos, por tanto, en estos casos, de población adulta. Pero, ¿Qué ocurre en la infancia? ¿Se emplea la estimulación cognitiva en estos momentos del desarrollo humano?
Aclarando conceptos: ¿De qué hablamos cuando hablamos de atención temprana?
Probablemente cada persona que está leyendo estas líneas tiene una idea , más o menos concreta, de qué es la infancia. Si bien puede haber desacuerdo en la edad de corte, podemos decir que la infancia es ese momento del desarrollo humano que ocupa desde el nacimiento hasta la pre-adolescencia, y que es esencial ya que durante este tiempo se sientan las bases cognitivas, físicas, emocionales y sociales que marcarán las siguientes fases de la vida de la persona. Está generalmente aceptado que la infancia tiene dos fases:
- Primera infancia (hasta los 7 años)
- Segunda infancia (hasta los 13 años)
Las diferencias entre estas dos etapas radican, justamente, en los cambios que sufren las personas a todos los niveles en cada una de ellas. Por otro lado, no debemos olvidar que existe un componente cultural en esta definición, ya que en algunas culturas la infancia es más corta o más larga.
Sabiendo esto, podemos poner de manifiesto la importancia que tiene la atención temprana y la prevención para el desarrollo posterior de la persona, ya que la intervención en la infancia traerá beneficios posteriores en las siguientes etapas de su vida.
Beneficios de la estimulación cognitiva en el desarrollo de la persona desde la infancia
Como hemos mencionado anteriormente, acostumbramos a mencionar la estimulación cognitiva como una herramienta de rehabilitación o prevención de deterioro cognitivo, pero no siempre es así. También se puede usar, por medio del juego, para fomentar el desarrollo saludable de la persona en diferentes esferas, lo que se traduce en un factor protector de la salud de cara al futuro. Algunos de estos beneficios son:
- Desarrollo funciones cognitivas superiores
- Base aprendizaje académico
- Fomenta juego y creación de vínculos sociales
- Fomento autonomía personal
- Factor protector en salud
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En este caso, la estimulación cognitiva también puede ser un buen aliado, ya que proporcionará beneficios añadidos a los que ofrece de base al desarrollo en la infancia.
Es importante recordar que, en este caso, se debe de tratar cada persona de manera individual y se hará una aproximación interdisciplinar, siendo la estimulación cognitiva una parte más de ésta.
Algunos beneficios que puede aportar son:
- Mismos beneficios en el desarrollo para todos los niños
- Además especial atención en áreas funcionales con bajo desempeño
- Ideal: intervención en entornos y contextos naturales del niño
- Abordaje preventivo
Por último, nos gustaría recordaros que la estimulación cognitiva es una terapia no farmacológica, que incluye un proceso de evaluación, objetivos, implantación del plan y valoración y que debe de ser llevada a cabo por un profesional cualificado.
Si tenéis alguna duda al respecto, no dudéis en poneros en contacto con nosotras.
En la prevención está la solución.